EL HOMBRE COMO SER CONSTITUTIVAMENTE MORAL
Este término supone que el hombre no está programado para llegar a ser de una sola forma, sino que puede optar por varios caminos, por ello es un ser indeterminado, ambiguo y contradictorio. Indeterminado, porque no está hecho de una vez y para siempre, sino que consiste en un trayecto, que se traduce en el esfuerzo permanente por llegar a ser más humano; pero en este proceso, el hombre sigue dos caminos: ... nace con la posibilidad de hacerse más humano: desarrollar sus potencias, crecer hacia el bien, o hacerse menos humano: descuidar sus potencias, abandonar su crecimiento. El hombre se humaniza o se deshumaniza a lo largo de su existencia. Hay seres humanos mejores y otros peores... Así, en cuanto a nuestro ser, hemos de advertir que somos racionales e irracionales, individuales y comunitarios, capaces de amor y de odio, de alegría y tristeza. Y debido a que llevamos los contrarios en nosotros, valoramos, diferenciamos, establecemos el “bien” y el “mal”. La valoración proviene de la condición contradictoria del hombre, esta última es el fundamento que hace posible todos los valores que creamos... No podemos vivir sin valorar
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